lunes, 10 de noviembre de 2008

MUCHO, POQUITO Y NADA

Daniel Viglietti nació el 24 de julio de 1939 en el seno de una familia de músicos - su madre la pianista Lyda Indart y su padre el guitarrista César Viglietti - desde niño entra en contacto con la música clásica y popular, estudiando guitarra. Adquiere una sólida formación como concertista, para dedicarse en los años 60, principalmente a la música popular.

Durante esta década desarrolla una intensa actividad como cantor, docente y locutor en radio, en el marco de una creciente movilización popular en Uruguay. Participa en el semanario Marcha y crea y dirige el Núcleo de Educación Musical. Su primera obra discográfica es en 1963 “Impresiones para canto y guitarra y canciones folclóricas”.

Sus obras adquierne un carácter radical de fuerte contenido social y de izquierda, con letras asociadas a las luchas populares en Uruguay y en Latinoamérica, en el marco de la represión de los movimientos de izquierda que precedió al golpe de estado cívico-militar de 1973 en su país, Viglietti fue preso en 1972. La campaña por su liberación desde el exterior, fue encabezada por nombres como Jean Paul Sartre, François Mitterrand, Julio Cortázar y Oscar Niemeyer. En 1973 comienza su exilio en Argentina, y continuará en Francia donde vivió por 11 años. Durante el exilio recorre en giras musicales Europa, Latinoamérica, África y Australia, llevando su canto y denunciando a la dictadura uruguaya.

Su exilio termina con su regreso a Montevideo el 1 de septiembre de 1984, donde es recibido por miles de conciudadanos en un recital que el recuerda, como "el más emocionante en 40 años de carrera". Desde entonces edita y reedita numerosos trabajos entre los que se destaca, en particular, el titulado “A dos voces” con Mario Benedetti en 1985, reflejo discográfico de numerosos recitales realizados junto al gran poeta uruguayo durante el exilio compartido por ambos.



Si yo no cambio un poco mis fallas, mis males,
¿cómo cambiar entonces las tierras, los mares?
Si no cambio un poquito mis mañas, mis juegos,
¿cómo cambiar en algo los dramas, los fuegos?

Si no poquito un cambio mi duda, mi acaso,
¿cómo cambiar más tarde el beso, el abrazo?
Si no cambito un poco mis cauces, mis fuentes,
¿cómo he de cambiar fuera lo mío en la gente?

Si no cambio un muchito mis odios, mis miedos,
si no abro mi ternura me vuelvo de hielo.
Si no muchito un cambio mi cuerda, mi acorde,
¿cómo cantar lo nuevo, lo izquierdo, lo borde?

Si no apoco lo mucho que pierdo, que hiero,
¿cómo darle esperanza al te amo, al te quiero?
Si no amucho lo poco que tiene mi gente,
¿cómo evitar que al canto le asome lo urgente?

Mucho, poquito y nada deshojo la vida
y ella nunca responde, la desentendida.
Mucho, poquito y nada, contraflor al resto,
tenemos que ir cambiando.

Mucho poquito y nada, contraflor al resto,
tenemos que ir cambiando este cambio nuestro.

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